La teoría de Chica en Llamas.

(ATENCIÓN: Este relato va a ser un tanto diferente a los demás ya que va a estar narrado en primera persona, quería darle un matiz distinto. También va a estar escrito de manera distinta, con flashbacks y demás, los cuales marcaré con cursiva. Tras esto, solo puedo pedir y esperar que os guste.)
—Pequeña recomendación para acompañar la lectura: play

Tengo la teoría de que los momentos de desesperación en un final nos harán ver quiénes somos realmente. Cuando nos caemos, cuando no sabemos qué hacer. Cuando no somos capaces de pensar con claridad ni ver nada claro, en general. Esos momentos en los que te planteas más de una vez la opción más fácil y no la más difícil, la cual es luchar.


Siete años atrás.
Un día templado de marzo, a media mañana, en el recreo. Niños gritaban de alegría porque tenían media hora de libertad. Libertad... en realidad ninguno sabía lo que era eso. Yo salía la última, con un libro entre los brazos, agarrándolo con fuerza para que no se cayera; pues pesaba bastante y no era muy pequeño, además. Me senté en una esquina, un sitio escogido meticulosamente para que ni la arena, ni los balones de plástico con los que los niños jugaban al fútbol llegaran hasta allí. Cuando llevaba no muchas páginas me sentí observada. Como si tuviera varios ojos fijos en mí, como si me atravesaran. Alcé la vista y había un grupo de niñas observándome. Por alguna razón comenzaron a reírse, primero una carcajada, luego otra, luego otra... Y a esto le seguían dedos índices clavándose en mi. Señalándome. De entre esas carcajadas podía descifrar "sola", "sin amigos" y "rara".
Tres expresiones que acabarían marcando el resto de mi niñez y adolescencia. 


Es una teoría interesante. Ya sabes, nadie tiene una vida perfecta, las sonrisas pueden ser mentira. Y los ojos pueden delatar. Hay gente que se las da de tener una vida perfecta pero pongo la mano en el fuego a que ellos también han tenido un momento decisivo en su vida. Un momento que les ha hecho cambiar, que les ha hecho pensar. Que les ha llevado a lo que son ahora.


Dos años atrás.
Caminaba por la calle un día de domingo, caluroso, veraniego. Y me encontré a una chica, la cual su cara me era muy, muy familiar. Iba sola y no tenía muy buena cara. De repente me di cuenta de algo.
Era la chica que me estuvo llamando "rara" y estuvo poniendo a todos los demás en mi contra durante el colegio. Sin saber por qué la pregunté cómo estaba, me miró, indecisa. 
Rompió a llorar. Le dije que si la pasaba algo, que si necesitaba ayuda. Me volvió a mirar con vacilación. Dijo que había quedado con sus amigas, que aparecieron y que la dijeron cosas que no la agradaron. Y que tras ello, se fueron corriendo. Típico de niñas insolentes. 
La di un abrazo. Sin saber por qué, como siempre. Yo nunca sé el por qué de nada y la dije que si quería una amiga, yo podía serlo. Se fue.


Momentos, por ejemplo, en los que la sociedad te hunde. En los que te sientes solo. En los que das, das, das y das pero jamás recibes. Y entonces empiezas a creer que no vales para nada.


Dos meses atrás. 
—¿Dónde estás? ¡¿Dónde estás?!
—Estoy donde tendría que haber ido la primera vez que mi vida empezó a darse la vuelta. 
—No lo hagas. Lucha. Joder, ¡LUCHA! Has pasado cosas peores, ¿ya no te acuerdas? ¿Ya no te acuerdas de lo útil que eres para todos? Claro, no te acuerdas. Porque nunca te darás cuenta del efecto que causas en los demás. Siempre te infravalorarás, siempre. ¿Pero sabes una cosa? Si saltas, si ese tren te arrolla... No podrás arrepentirte. [...]


Recuerdo el momento de mayor exasperación de mi vida. Y he tenido muchos, pero el que más. Del que estaba más segura. Si me hubiera hundido... Si hubiese de verdad haber escogido ese camino no podría pensar lo que pienso ahora. No podría haber 'amueblado' de alguna manera mi cabeza durante semanas. No habría caído en la cuenta de esta teoría. Poco a poco he ido reviviendo. Como cuando le das aire a una hoguera para que el fuego no se apague.
El aire ha sido mi alrededor. Todas esas llamadas. Todos los mensajes. Porque sí, acabé leyéndolos. Acabé cogiendo el teléfono y de alguna manera (y sin saber por qué) acabé saliendo de esta habitación.
Y me he dado cuenta de quién soy tras ese momento de exasperación total.
Me estoy empezando a creer que mi teoría tiene sentido.
Como dice esa canción de Bonnie... Forever's gonna start tonight.

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4 comentarios:

  1. Pff, es muy bueno esto que has escrito.Esa soledad que otra gente cree que sientes aunque no sea verdad. Quizá es verdad que estás solo, pero por eso no se burlar. Leer cosas como estas me hacen sentir bien. Enhorabuena.

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  2. Con cada relato te superas, es impresionante como en tan ocas palabras puedes mostrar tantos sentimientos. No podría identificarme más con la chica en llamas.
    Sigue asi.

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  3. Me ha hecho gracia lo de las tres expresiones que acabarían marcando la niñez y la adolescencia... Me hace gracia que eso sea verdad. Porque lo es.
    Una teoría que de verdad es cierta.
    Me ha gustado. Mucho.
    No dejes de escribir, te lo pido otra vez. Por favor.

    Una desconocida que sabe escuchar.
    @LeoVersus.

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