Cada día que pasa es un nuevo reto. Y a mi ya no me quedan más estrategias para poder afrontarlos. No me queda aliento. No queda. Por no quedar, no quedan lágrimas sino miedo. Lás lágrimas ya no pueden ser de felicidad, porque nadie, nadie cree en mi. Ni si quiera mi propia sombra. Todo es desconfianza. Cuando cometes tantos errores lo único que recreas es eso. 



A mi ya no me queda aliento...

No hay comentarios:

Publicar un comentario