Hard times for dreamers.

Mitad del estío y ahí estaba Chica en Llamas. Difícil es no recordar aquel bosque verde botella que tantas historias sabe, que tantas lágrimas ha visto, que tantos amaneceres y atardeceres ha divisado y que tan confidente ha demostrado ser a la pequeña de pelo aloque.
Y ahí estaba Chica en Llamas. A punto de presenciar otro alba, como cada mañana.
Estaba echando la vista atrás, a todo lo sucedido hace meses. No han sido pocas las razones que le han sido dadas para acabar con su vida. O para dejar de luchar. Pero no lo ha hecho, nunca lo ha hecho.
Y no se arrepiente de nada.
Porque se ha demostrado muchas veces a sí misma que tenía fuerza, que podía sacarla de donde no la había, que podía dar y dar y dar y podía vivir perfectamente sin recibir. Se ha tropezado una y otra vez, ha caído muchísimo. Y el dolor no cesa, está ahí.. Pero ya no es el mismo enemigo de hace seis meses.
Se podría decir que todo está en calma, que ya ha pasado la tormenta. O al menos, que ha dejado de llover.
Piensa en lo difícil que le ha sido continuar en algunas ocasiones, en cómo ha conseguido salir de ello. En como ha salido cuando a penas le quedaba un ápice de esperanza. Ya dije que Chica en Llamas era un ave fénix. Tanto dolor la consumió, acabó prácticamente con ella pero si no hubiese tenido a quien ha tenido a su lado, si no hubiese tenido al fuego que la ha hecho resurgir de sus cenizas aún seguiría gris, débil y pequeña. Como las motas de polvo o ceniza. Repito que no se arrepiente de nada, porque con una sola o pequeña diferencia nada sería lo mismo. No creo ser la única que piensa que Chica en Llamas no tiene miedo de seguir viviendo. De caminar sola ante el mundo.
Y realmente, creo que nada en el mundo ahora mismo puede pararla.


El dolor seguirá, claramente. Puede que incluso vuelva siendo más duro y fuerte. Pero no lo será más que ella. No se puede decir que lo ha conseguido, pero sí que ha valido la pena llegar hasta aquí.
Y no piensa permitir que vuelvan los fallos del pasado.




Sara sonríe como si a Sara no le importase.